En un estadio deportivo en Shibirghan, Afganistán, los talibanes llevaron a cabo este lunes otra ejecución pública, sumergiendo a la ciudad en una fuerte nevada. Este acto drástico presenciado por miles de personas se convierte en la tercera sentencia de muerte ejecutada en tan solo cinco días, evidenciando la dura postura del régimen.
En esta ocasión, el hermano del hombre ejecutado fue el encargado de disparar cinco veces al convicto con un rifle, según relató un testigo ocular. La seguridad alrededor del estadio fue extrema, indicó el testigo, que prefirió mantener el anonimato debido a restricciones para hablar con los medios.
La ejecución de Nazar Mohammad, residente del distrito de Bilcheragh en la provincia de Faryab, se llevó a cabo después de la aprobación de tres de los más altos tribunales del país y del líder supremo talibán, Mullah Haibatullah Akhundzada. La víctima había sido condenada por el asesinato de Khal Mohammad en Jawzjan.
Este sombrío evento sigue a la ejecución, el jueves pasado, de dos hombres en la provincia de Ghazni, en el sureste de Afganistán. Condenados por apuñalar a sus víctimas hasta la muerte, los ejecutados fueron abatidos por los familiares de las víctimas en otro estadio deportivo ante la mirada de miles de personas.