El gobierno de Estados Unidos se encuentra ante una decisión histórica: determinar en un juicio sin precedentes si Israel ha infringido las leyes internacionales en su conflicto armado en Gaza.
Esta semana, el presidente Joe Biden deberá emitir un veredicto formal sobre la conducta de Israel en medio de la creciente presión por el apoyo militar estadounidense a la guerra.
La posible decisión contra Israel, aliado de Estados Unidos, podría aumentar la presión sobre la administración Biden para reevaluar su respaldo militar al país de Oriente Medio.
El gobierno demócrata ya ha dado pasos preliminares en esa dirección al pausar el envío de bombas ante la inminencia de una ofensiva israelí en la ciudad de Rafah, en Gaza.
La revisión de la conducta de Israel surge en respuesta a la insistencia de los legisladores demócratas en el Congreso. El gobierno acordó examinar si las fuerzas israelíes han utilizado armas y asistencia militar de Estados Unidos de manera legal, así como evaluar si se han obstaculizado las operaciones de entrega de ayuda humanitaria respaldada por Estados Unidos en Gaza.
La fecha límite para el dictamen estadounidense es inminente, lo que ocurre en un momento crucial en el conflicto, con negociaciones para un alto el fuego y la amenaza de una nueva ofensiva israelí en Gaza.
Este veredicto podría influir significativamente en el curso de la guerra y en las relaciones bilaterales entre Estados Unidos e Israel.
La campaña militar de Israel en Gaza, desencadenada por ataques del grupo armado Hamás, ha provocado una grave crisis humanitaria en la región. Los informes de la ONU y de grupos de derechos humanos han documentado un elevado número de víctimas civiles y la devastación de infraestructuras básicas en la Franja de Gaza.
La posible emisión de un veredicto sin precedentes desfavorable contra Israel marcaría un hito en la política exterior estadounidense y plantearía importantes preguntas sobre el compromiso de Estados Unidos con los derechos humanos y el cumplimiento de las leyes internacionales en conflictos armados.
Mientras tanto, tanto Israel como el gobierno de Biden sostienen que sus acciones se ajustan a las normas internacionales y que cualquier evaluación debe basarse en hechos y leyes, no en consideraciones políticas.
Sin embargo, la decisión final del gobierno estadounidense podría tener repercusiones significativas en el futuro del conflicto en Medio Oriente y en las relaciones entre ambas naciones.