- Un juez exige que los documentos de inmigración del duque de Sussex se hagan públicos.
- La Fundación Heritage cuestiona si recibió un trato preferencial tras admitir consumo de drogas.
- Trump había sugerido posibles acciones si hubo irregularidades, pero luego descartó expulsarlo.
Un juez de Estados Unidos ordenó que los registros de inmigración del príncipe Enrique, duque de Sussex, sean divulgados antes del próximo martes. La decisión surge tras una demanda interpuesta por la Fundación Heritage, un grupo conservador que cuestiona la legalidad del proceso que permitió al hijo menor de Carlos III residir en el país.
El centro de pensamiento argumenta que, según la ley estadounidense, una persona con historial de consumo de drogas puede ser considerada inadmisible para ingresar a EE.UU. Heritage sostiene que el príncipe Enrique pudo haber violado estas normas al haber confesado en su libro de memorias Spare que consumió cocaína y marihuana en su juventud.

¿Trato preferencial?
La demanda plantea que si el duque de Sussex fue admitido sin una exención o sin una entrevista con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), habría recibido un trato especial, lo que pondría en duda la imparcialidad del sistema migratorio estadounidense.
Heritage busca que se revelen los documentos para determinar si Enrique ocultó información sobre su consumo de drogas en su solicitud de visado o si las autoridades le concedieron un permiso especial.
Postura de Trump sobre el caso
En marzo de 2024, durante su campaña presidencial, Donald Trump declaró que, si el príncipe Enrique mintió en su solicitud, “se deberían tomar las acciones apropiadas”. Sin embargo, tras su victoria en las elecciones, cambió su postura y afirmó que no tiene intención de expulsarlo del país.
“No quiero hacer eso. Le dejaré en paz. Ya tiene suficientes problemas con su mujer. Ella es terrible”, dijo Donald Trump en una entrevista con The New York Post, refiriéndose a Meghan Markle.
Los duques de Sussex viven en California desde 2020, tras su renuncia a la familia real británica. Ahora, con la inminente publicación de los documentos migratorios, se espera que el caso genere aún más controversia sobre su estancia en EE.UU.