- La deportación se realizó bajo la Ley de Enemigos Extranjeros, utilizada por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
- Nayib Bukele aceptó recibir a los detenidos y mantenerlos en prisiones salvadoreñas.
- Un juez federal bloqueó temporalmente la expulsión de otros sospechosos.
Estados Unidos deportó a 250 presuntos integrantes del Tren de Aragua a El Salvador como parte de una estrategia para combatir la criminalidad extranjera en su territorio. La medida se aplicó bajo la Ley de Enemigos Extranjeros, una normativa creada en 1798 que permite expulsar a ciudadanos de países considerados hostiles en tiempos de guerra y que no había sido utilizada desde la Segunda Guerra Mundial.
El secretario de Estado, Marco Rubio, anunció la decisión y destacó el papel del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, quien aceptó recibir a los detenidos en sus cárceles. Según Rubio, este acuerdo representa un ahorro para los contribuyentes estadounidenses y refuerza la seguridad en la región. También señaló que la administración de Donald Trump está cumpliendo su compromiso de expulsar a criminales extranjeros, algo que, afirmó, no habría sucedido con otros gobiernos.

La Casa Blanca recordó que en febrero el Tren de Aragua fue declarado grupo terrorista extranjero, debido a su historial de crímenes violentos como asesinatos, mutilaciones y violaciones. Karoline Leavitt, portavoz gubernamental, aseguró que esta deportación ha evitado “innumerables muertes de ciudadanos estadounidenses”.
No obstante, la aplicación de esta ley ha generado controversia. El juez federal James Boasberg suspendió temporalmente la deportación de otros venezolanos bajo custodia, impidiendo su expulsión inmediata y ordenando el regreso de cualquier avión que ya estuviera en vuelo con deportados a bordo.
Además, como parte de este acuerdo de cooperación, El Salvador también solicitó la entrega de dos líderes de la Mara Salvatrucha (MS-13) y 21 de sus miembros más buscados, petición que fue aceptada por Estados Unidos.
El proceso de deportaciones continúa en medio de la expectativa por la resolución judicial sobre los casos restantes.