Estados Unidos, Argentina y España firmaron este jueves una declaración conjunta junto a 30 países para promover una solución pacífica a la crisis política en Venezuela. La iniciativa busca una transición democrática después de que Nicolás Maduro fuera declarado ganador en las elecciones de julio, cuyos resultados aún no se han publicado oficialmente.
El documento, firmado en un encuentro en Nueva York, llama a un diálogo inclusivo entre los líderes venezolanos y solicita al gobierno de Maduro detener la represión contra la oposición y la sociedad civil. También expresa preocupación por las violaciones de derechos humanos y las detenciones arbitrarias.
A pesar del apoyo de 32 países, la declaración no cuenta con la adhesión de naciones clave como Chile, Brasil, Colombia y México, así como tampoco de Francia, ni de países asiáticos o africanos, lo que limita su impacto.
El texto reconoce al opositor Edmundo González Urrutia, actualmente exiliado en España, como el verdadero ganador de las elecciones, basándose en las actas disponibles públicamente.
El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, subrayó la importancia de respetar la voluntad del pueblo venezolano. Además, pidió la reinstauración de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Venezuela y la salida segura de seis opositores refugiados en la embajada argentina en Caracas.
La ausencia de Chile y Uruguay, que inicialmente iban a liderar el foro, se debe a la postura crítica del presidente argentino Javier Milei hacia el régimen de Maduro, lo que desmotivó a otros países a sumarse a la declaración.