- Durante un mitin en Colorado, Donald Trump criticó a los migrantes, acusándolos de ser criminales.
- Algunos de sus partidarios creen que la llegada de extranjeros pone en peligro la identidad nacional estadounidense.
- La teoría del “gran reemplazo” ha ganado popularidad entre figuras políticas de la derecha.
En un evento reciente en Colorado, Donald Trump, exmandatario y actual candidato presidencial, se centró en criticar a los migrantes que ingresan por la frontera sur, describiéndolos como criminales. Mostrando imágenes de dos venezolanos vinculados a una organización delictiva, el republicano subrayó que muchos de estos migrantes provienen de cárceles. Sin embargo, sus seguidores expresaron que la preocupación va más allá de la criminalidad, temiendo que la llegada de extranjeros amenace los valores y la identidad de la nación.
Scott Eddy, un asistente al mitin, compartió su historia familiar, destacando que su madre emigró de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial y se integró plenamente a la sociedad estadounidense. Criticó a los migrantes actuales por, según él, no buscar asimilarse y advirtió que el país podría enfrentar graves problemas si no se retoma el enfoque en la integración cultural. Este sentimiento de inminente crisis ha sido amplificado por políticos y medios de comunicación de derecha.
Recursos y miedo a la pérdida de identidad
La retórica del “gran reemplazo”, que sugiere que las élites están promoviendo la migración para debilitar a la población anglosajona, se ha vuelto común en los discursos de algunos aliados de Trump. Durante el mitin, el asesor Stephen Miller hizo eco de estas preocupaciones, afirmando que los estadounidenses tienen derecho a exigir un país enfocado en sus propias comunidades.
Por otro lado, Laura Jaso, residente de El Paso, manifestó su inquietud sobre la escasez de recursos, argumentando que el gobierno actual parece favorecer a los migrantes sobre los ciudadanos que realmente necesitan apoyo. Aunque no ha tenido malas experiencias con inmigrantes, considera que la ayuda debería ser prioritaria para los estadounidenses. Las encuestas recientes sugieren que un número creciente de latinos se inclina por el Partido Republicano, con Trump obteniendo un 43% de apoyo en este grupo.