- Durante la Asamblea General de la ONU, presidentes latinoamericanos discuten la crisis en Venezuela y la migración masiva en el Darién.
- Yván Gil, canciller venezolano, defiende el gobierno de Maduro y denuncia una campaña de desinformación internacional.
- La inseguridad en Haití y el conflicto territorial por el Esequibo también fueron temas centrales en las intervenciones.
En la segunda jornada de la Asamblea General de la ONU, los líderes de varios países latinoamericanos centraron sus discursos en las crisis que afectan a la región, desde la situación en Venezuela hasta la migración masiva que atraviesa el Darién. La atención se centró en Yván Gil, canciller venezolano, quien defendió la legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro y rechazó las críticas sobre la falta de transparencia electoral.
Gil afirmó que su país enfrenta una “campaña fascista de desinformación” promovida por Estados Unidos y sus aliados, quienes, según él, intentan imponer una narrativa falsa sobre Venezuela. Por su parte, la ministra boliviana de Exteriores, Celinda Sosa, expresó apoyo a naciones sancionadas como Venezuela y Cuba, criticando las medidas unilaterales que, a su juicio, violan derechos humanos.
El presidente panameño, José Raul Mulino, vinculó la crisis migratoria en su país con la inestabilidad en Venezuela, enfatizando el peligro que enfrentan miles de migrantes en su travesía por el Darién. Afirmó que organizaciones criminales lideran este flujo migratorio, lucrando con la desesperación de las personas.
El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, alertó sobre la situación crítica en Haití, mientras que el presidente de Guyana, Irfaan Ali, insistió en la necesidad de una solución pacífica para el conflicto territorial por el Esequibo. Finalmente, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, denunció las amenazas a su gobierno en el contexto de reformas estructurales y su retiro del Ciadi, defendiendo la soberanía de su nación.