El fallecimiento del líder opositor ruso Alexei Navalny ha desencadenado una serie de arrestos y detenciones en toda Rusia, con cientos de personas siendo aprehendidas por rendir tributo al difunto activista.
Según informes de varias organizaciones no gubernamentales rusas, el número de detenidos supera los 300, con al menos 366 personas arrestadas en 39 ciudades diferentes durante el domingo. En San Petersburgo, se realizaron 200 arrestos, con 154 personas condenadas a penas de cárcel de hasta 14 días en juicios sumarios.
Estos arrestos constituyen la mayor ola de detenciones en Rusia desde septiembre de 2022, cuando más de 1.300 personas fueron arrestadas por protestar contra la movilización parcial de reservistas para la guerra en Ucrania.
El tributo a Navalny ha llevado a la organización de eventos conmemorativos en varias ciudades rusas, con manifestantes depositando flores y velas en memoria del opositor. Sin embargo, estas muestras de disenso son ilegales en Rusia, donde las leyes prohíben expresamente el apoyo a los opositores políticos.
En respuesta a estos actos, las autoridades rusas han desmantelado los memoriales y retirado las flores durante la noche en varias ciudades del país, como parte de la aplicación de leyes cada vez más duras que prohíben expresiones públicas de disenso.
La muerte de Navalny ha puesto de relieve las tensiones políticas en Rusia y ha suscitado preocupaciones sobre el estado de los derechos humanos y la libertad de expresión en el país.