En un reciente informe del gabinete de seguridad entregado a la Jefatura de Gobierno y la Presidencia de la República, se destapa la presencia de cuatro células criminales que controlan las prisiones en la Ciudad de México. El asesinato de la activista trans Samantha Gómez Fonseca, vinculado a estas operaciones, ha resaltado la complicidad del personal de seguridad y custodia de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario.
El documento detalla que estas células del crimen organizado, presentes en penales como Santa Martha, están involucradas en extorsión a internos, violencia física y psicológica, distribución de drogas, homicidios y corrupción. A pesar de las denuncias ante la Comisión de Derechos Humanos y la FGJCDMX, las investigaciones no han avanzado, revelando la urgencia de abordar este problema.
Los informes de inteligencia señalan que, a pesar de estar en áreas de máxima seguridad, líderes de cárteles mantienen el control desde las celdas, contribuyendo a la inseguridad en las calles. Las autoridades, tanto federales como de la CDMX, están desarrollando estrategias para frenar esta influencia criminal desde el interior de los penales.
La mafia liderada por Nery Ortiz Alejandro, conocido como “El Carnal”, opera desde el módulo de Alta Seguridad “Diamante” en Santa Martha Acatitla, con la complicidad de personal penitenciario. El Cártel de Sinaloa también se vincula al Reclusorio Oriente, señalando la necesidad de una acción inmediata por parte de las autoridades.
AMLO anuncia la implementación de medidas, incluyendo la declaración de áreas naturales protegidas en los penales, para contrarrestar el control de estas mafias. El llamado a la acción del presidente destaca la importancia de priorizar los derechos humanos y restaurar la gobernabilidad en los centros penitenciarios.