La presencia del crimen organizado ha llevado al cierre de destacadas zonas arqueológicas en Chiapas, como Yaxchilán, donde anualmente cerca de 100 mil turistas solían visitar. Las consecuencias se extienden a la suspensión de recorridos en lanchas por el río Usumacinta y las visitas al reconocido Centro Ecoturístico Escudo Jaguar. Este panorama afecta significativamente a comercios y familias que dependen de esta importante fuente de ingresos.
Francisco Centeno Cruz, prestador de servicios turísticos en Selva Lacandona, Chiapas, lamenta la situación: “Soy socio de una cooperativa llamada Siyaj Chan. Actualmente, no estamos operando debido a la problemática social de inseguridad que ha surgido”.
Esta cooperativa, con 16 años de experiencia, ofrecía servicios de guía en Yaxchilán y recorridos de observación de la vida silvestre en la Selva Lacandona. Sin embargo, las extorsiones y el cobro de piso por parte del crimen organizado han forzado la suspensión de todas las actividades en la región Lacandona.
Pobladores de Frontera Corozal, a pesar de depender en gran medida del turismo, han decidido proteger a los visitantes cerrando accesos, cancelando reservaciones, tomando medidas defensivas y estableciendo retenes de vigilancia. La crisis económica que se avecina afecta a toda la comunidad, con consecuencias palpables para el turismo nacional y extranjero.
Israel Arcos Vázquez, presidente del Centro Ecoturístico Escudo Jaguar, enfatiza las repercusiones: “Entró la maña y, como resultado, los turistas se fueron. Hoteles cerrados, falta de empleo, falta de limpieza, facturas de luz pendientes. Nos encontramos en una situación donde no tenemos recursos para cumplir con nuestras obligaciones financieras”.
En Bonampak, reconocida por sus murales, estelas y dinteles mayas, la situación no es diferente. A 44 kilómetros de Frontera Corozal, agencias de viajes y operadoras turísticas cancelaron recorridos y caminatas por la selva debido a la inseguridad reinante. Aunque la zona cuenta con la presencia del Ejército mexicano y la Guardia Nacional, los turistas evitan visitar, dejando en desuso los establecimientos y afectando a la comunidad.
Bily Chancayun, guía de turistas en Bonampak, expone la realidad: “La gente, los artesanos, ya no están trabajando porque no hay visitantes. Incluso los restaurantes y comedores no reciben a los turistas”.
Las autoridades comunales denuncian amenazas persistentes atribuidas al grupo criminal de La Cabra, liderado por Cabrero Segundo López, con saqueos e intentos de asesinato a representantes de autoridades tradicionales en la zona.
Kinbor Chambor Chankin II, de Bienes Comunales Zona Lacandona, destaca la creciente influencia del crimen en todo el territorio de Lacanjá Chansayab.
Los criminales, además de controlar la pista de aterrizaje de Bonampak, operan otras en la zona, utilizadas por avionetas provenientes de Sudamérica cargadas con drogas. En un incidente de diciembre de 2022, el grupo criminal sometió y obligó a elementos del Ejército a devolver un cargamento decomisado.