- Tres aviones espía operan cerca del espacio aéreo mexicano, recopilando datos de inteligencia.
- El U-2, apodado “La Dama Dragón”, evita radares y puede volar a gran altitud.
- México advierte que una intervención directa podría afectar la relación bilateral.
Las Fuerzas Armadas de México han identificado la presencia de tres aeronaves de vigilancia de Estados Unidos operando cerca de la frontera sin ingresar al espacio aéreo nacional. Estas aeronaves tienen la capacidad de interceptar comunicaciones y recopilar información estratégica.
Uno de los aviones detectados es el U-2, conocido como “La Dama Dragón”, especializado en misiones encubiertas. Puede volar a más de 21 mil metros de altura, lo que le permite evadir la mayoría de los sistemas de defensa aérea. Su última misión incluyó un recorrido desde Florida hasta Ciudad Juárez, Chihuahua, sobrevolando Tamaulipas y Coahuila.
Estrategia de monitoreo y vigilancia
Según un informe oficial, Estados Unidos ha aumentado su supervisión sobre actividades ilícitas en la región, utilizando diversas aeronaves militares:
- P-8A Poseidón: Diseñado para patrullar aguas internacionales y detectar embarcaciones sospechosas.
- RC-135 Rivet Joint: Especializado en interceptar comunicaciones de grupos criminales.
- KC-135T Stratotanker y KC-46A Pegasus: Aeronaves de apoyo logístico y reabastecimiento.
En las últimas dos semanas, EE.UU. ha llevado a cabo 18 misiones de vigilancia con estos aviones, recopilando datos sobre narcotráfico y tráfico de personas en la región.
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México vigila de cerca la situación
Las autoridades mexicanas han señalado que una intervención directa de aeronaves o buques estadounidenses dentro del territorio nacional podría generar tensiones diplomáticas. Hasta el momento, las misiones de vigilancia se han realizado en aguas internacionales y en espacio aéreo fuera de México, sin violaciones a la soberanía.
El gobierno federal se mantiene atento a estas operaciones, mientras que la presencia de tres buques de la Marina de EE.UU. cerca de Baja California refuerza la estrategia de monitoreo en la región. La preocupación principal radica en garantizar que estas acciones no deriven en operaciones militares dentro del territorio mexicano.