En el inicio de la temporada de lluvias en Yucatán, la instalación de una estatua de Poseidón en el puerto de Progreso ha desatado una polémica. Según una teoría viral en redes sociales, la presencia de Poseidón, dios griego del mar, ha perturbado a Chaac, el venerado dios maya de la lluvia.
Chaac es una figura central en la mitología maya, asociado con la lluvia, el rayo y el agua. Es invocado tradicionalmente para propiciar buenas cosechas y se encuentra representado en numerosos mascarones en sitios arqueológicos como Uxmal y Chichén Itzá. Se le representa con una nariz en forma de trompa y colmillos encorvados, a menudo adornado con una faja en la cabeza.
Mitológicamente, Chaac habita en cuevas o cenotes, considerados entradas al inframundo, desde donde usa un hacha para golpear las nubes y provocar truenos y lluvias. Según los relatos, es hermano del Sol y sus lágrimas de arrepentimiento se convierten en precipitación.
La controversia en torno a la estatua de Poseidón ha suscitado críticas en redes sociales, donde usuarios expresan preocupación por la conexión entre la instalación de la estatua y los eventos climáticos recientes. Vicky Wolff, una popular tiktoker, ha destacado esta teoría que muchos consideran desde la instalación de la estatua y antes de las inundaciones y tormentas que han afectado la región.
Las inundaciones comenzaron a mediados de junio y ahora, con la amenaza del huracán Beryl, programado para impactar el 4 de julio, se intensifica el debate sobre el respeto a las tradiciones y deidades locales en una región tan rica cultural e históricamente como Yucatán. Mientras tanto, autoridades y residentes se preparan para enfrentar los desafíos climáticos venideros.