- Casos de violencia extrema en Rusia despiertan preocupación por seguridad pública.
- Excombatientes, originalmente encarcelados por diversos delitos, ahora involucrados en crímenes tras regresar del frente en Ucrania.
El incremento de crímenes violentos en Rusia ha generado alarma social, especialmente después del reciente asesinato de una niña de 12 años en Kémerovo, presuntamente cometido por un excombatiente indultado por Vladimir Putin para servir en Ucrania. Este individuo, con antecedentes penales que incluyen homicidio, había salido de la cárcel para volver a la sociedad civil, pero luego cometió otro crimen atroz.
La diputada Nina Ostánina, preocupada por la situación, ha instado a las autoridades a asumir una mayor responsabilidad en la supervisión y reintegración de estos individuos, advirtiendo sobre la posibilidad de más incidentes violentos. Propone implementar medidas de control e intervención para proteger a la comunidad de potenciales amenazas.
La práctica de indultar convictos para que se unan a Wagner y participen en conflictos como en Ucrania ha exacerbado la problemática. Varios casos recientes han incluido agresiones severas y asesinatos, destacando la necesidad urgente de regulación y supervisión efectiva.
Según informes de medios independientes, cerca de medio centenar de personas han perdido la vida en Rusia debido a actos criminales perpetrados por estos excombatientes en los últimos dos años. La mayoría de los agresores habitualmente implicados en incidentes relacionados con el consumo de alcohol y conflictos domésticos son familiares o conocidos de las víctimas.