Las grandes empresas en México están siendo extorsionadas y afectadas por la violencia de los cárteles de droga, que intentan controlar la venta, distribución y precios de varios productos.
El presidente de la federación de cámaras de comercio de Tamaulipas, Julio Almanza, fue asesinado después de denunciar la extorsión de los cárteles en una entrevista. Dijo que los negocios en Tamaulipas son rehenes de bandas criminales.
Femsa, operadora de las tiendas Oxxo, cerró 191 tiendas y siete gasolineras en Nuevo Laredo debido a la delincuencia. Los cárteles exigían que sus gasolineras compraran combustible a ciertos distribuidores y secuestraron a dos empleados para obtener información.
Roberto Campa, director de asuntos corporativos de Femsa, informó que los criminales pidieron información a los empleados y que la violencia obligó a cerrar las tiendas por seguridad.
Los cárteles afectan sectores como la agricultura, pesca, minería y bienes de consumo. Una encuesta de la Cámara de Comercio de Estados Unidos mostró que el 12% de las empresas dijeron que el crimen organizado controla parcialmente la venta, distribución o precios de sus productos.
En el pasado, los cárteles han atacado negocios que no compraban productos a distribuidores controlados por ellos. Además, el 45% de las empresas encuestadas reportaron demandas de extorsión.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha evitado confrontar a los cárteles. Recientemente, las autoridades recomendaron a Femsa mejorar la seguridad en sus tiendas contratando guardias y colocando cámaras.
Los cárteles han encontrado formas de aumentar sus ingresos, como controlar exportaciones de mineral de hierro y manipular precios de cultivos como aguacate y limón. También han instalado sistemas de internet en algunas áreas, cobrando altos precios a los residentes.