Este domingo 11 de febrero de 2024, el papa Francisco llevó a cabo la canonización de María Antonia de Paz y Figueroa, también conocida como “Mama Antula”, proclamándola como la primera santa argentina. En una solemne misa en la basílica de San Pedro, el pontífice argentino, junto al presidente Javier Milei, declaró en latín la santidad de María Antonia de San José de Paz y Figueroa y solicitó su inscripción en el Libro de los Santos.
Durante la ceremonia, el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Marcelo Semeraro, presentó al pontífice la petición de canonización, acompañado por los postuladores de la causa, quienes leyeron una biografía detallada de Mama Antula. Posteriormente, en una procesión dentro de la basílica, los postuladores llevaron velas y centros florales para depositar en el relicario de la nueva santa, el cual fue solemnemente rociado con incienso.
María Antonia de Paz y Figueroa, nacida en Santiago del Estero, fue beatificada en agosto de 2016, luego de que el Vaticano reconociera como milagro su participación en la curación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador en el año 1900, congregación fundada por Mama Antula.
Su legado perdura en la historia de Argentina, destacándose por su incansable labor espiritual y social. En 1795, fundó la Santa Casa de Ejercicios Espirituales en Buenos Aires, que hoy en día es un monumento histórico del país. Su vocación se manifestó en una época crucial, cuando su tierra formaba parte de la España del rey Carlos III y vivía la expulsión de los jesuitas, la orden del pontífice, de todos sus territorios.
La canonización de Mama Antula resalta su dedicación a mantener vivo el carisma ignaciano, impulsándola a organizar ejercicios espirituales en diversas provincias del norte argentino y Uruguay. Su legado espiritual y su contribución a la sociedad argentina la convierten en un símbolo venerado por muchos.