La Casa Blanca ha revelado un paquete de ayudas y subvenciones cercano a los 20 mil millones de dólares para que el gigante estadounidense de semiconductores, Intel, aumente su producción de componentes tecnológicos esenciales.
Esta medida, anunciada durante un viaje de campaña del presidente Joe Biden a Arizona, constituye la mayor cantidad de ayuda anunciada hasta la fecha por su administración, con el propósito de contrarrestar la influencia de China en esta industria crucial, particularmente en el desarrollo de la inteligencia artificial.
El Departamento de Comercio ha alcanzado un acuerdo preliminar con Intel para proporcionar hasta 8,500 millones de dólares en financiación directa y 11,000 millones de dólares en préstamos bajo la Ley de Chips y Ciencia, una ley promulgada en 2022 destinada a impulsar la producción de chips informáticos en Estados Unidos. Este financiamiento se destinará a la construcción y expansión de la infraestructura de Intel en varios estados, incluyendo Arizona, Ohio, Nuevo México y Oregón.
Se prevé que estas inversiones generen alrededor de 30,000 empleos directos y mantengan decenas de miles de puestos de trabajo indirectos, con un enfoque especial en estados considerados cruciales para las elecciones presidenciales.
Según la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, Intel tiene previsto invertir más de 100,000 millones de dólares en la industria de semiconductores, lo que representa una de las mayores inyecciones en esta industria en la historia del país. La iniciativa tiene como objetivo llevar a Estados Unidos a producir el 20% de los chips más modernos del mundo para 2030, lo que contrasta con el nivel actual, que es cero.
La Casa Blanca también ha señalado que Intel planea aprovechar una desgravación fiscal por inversión que podría aumentar significativamente el apoyo financiero que reciba del gobierno estadounidense. Esta medida busca abordar la dependencia del país en un número limitado de fábricas en Asia para la producción de microprocesadores avanzados.