El Banco Central Europeo (BCE) ha optado por mantener su tasa de interés clave en un nivel récord, a la espera de más evidencia de que la inflación esté efectivamente bajo control.
Esta decisión, anunciada en Fráncfort, Alemania, surge en un momento en el que los bancos centrales globales están evaluando si es adecuado comenzar a recortar las tasas para estimular la economía, en medio de temores sobre una desaceleración económica.
El comunicado del BCE destaca que, aunque la mayoría de las medidas de la inflación subyacente han disminuido, persisten presiones inflacionarias significativas, impulsadas en parte por el vigoroso crecimiento de los salarios.
Las expectativas del mercado respecto a un posible recorte de tasas en abril han perdido fuerza, y ahora apuntan hacia junio como una fecha más probable.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ofrecerá una conferencia de prensa, en la que se espera brinde más detalles y posiblemente indicios sobre el momento en que podrían implementarse los recortes.
A pesar de los datos económicos recientes, algunos analistas sugieren que la presión sobre el BCE para reducir las tasas antes ha aumentado. No obstante, el banco podría mantenerse firme en su posición, considerando diversas variables económicas y expectativas futuras.
El BCE había elevado previamente su tasa clave para combatir la inflación desenfrenada causada por la recuperación económica posterior a la pandemia y la crisis energética derivada de conflictos geopolíticos. Sin embargo, el aumento de las tasas también puede tener un impacto negativo en el crecimiento económico.