Este lunes, Francia ha logrado un avance histórico al aprobar una reforma constitucional que incluye el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo (IVG) en su Carta Magna. Este acto pionero convierte al país galo en el primero en el mundo en reconocer este derecho de manera explícita en su ordenamiento jurídico más elevado.
La votación conjunta de la Asamblea Nacional y el Senado fue el último paso necesario para esta reforma, la primera desde el 2008. Los resultados revelaron un contundente respaldo con 780 votos a favor y 72 en contra, superando el umbral requerido de tres quintos de los parlamentarios a favor.
En el Palacio de Versalles, durante la reunión histórica, el primer ministro francés, Gabriel Attal, acompañado de Jean Veil, una de las hijas de Simone Veil, superviviente del holocausto y ministra de Sanidad francesa que promulgó la ley del aborto en 1975, estuvo presente. Attal afirmó que este paso es “una deuda moral con todas las mujeres” que han sufrido abortos ilegales.
El discurso del jefe de Gobierno rindió homenaje a la lucha feminista en el país, destacando figuras como Olympe de Gouges y Gisèle Halimi, una abogada clave en la lucha por la libertad de las mujeres para abortar en Francia. Durante la votación, se manifestaron cientos de opositores al aborto a las puertas de Versalles en señal de protesta.
Yaël Braun-Pivet, presidenta de la Asamblea Nacional, destacó que aunque queda camino por recorrer hacia la igualdad, Francia está a la vanguardia en materia de derechos de las mujeres. Afirmó que nunca retrocederán y que apoyarán a las mujeres de Francia y del mundo en su avance.
Apoyo reticente de la ultraderecha:
La reforma constitucional contó con el apoyo del partido ultraderechista Reagrupación Nacional (RN), aunque su líder, Marine Le Pen, mostró menos entusiasmo. Le Pen afirmó que el peligro contra el aborto “no existe” y que la constitucionalización fue instrumentalizada por el presidente Emmanuel Macron.
El acuerdo logrado entre los parlamentarios implicó una cesión y cohesión, reflejada en el texto que establece “la libertad garantizada a la mujer de recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo”. Emmanuel Macron, ausente durante la votación, celebró en Twitter la “entrada de una nueva libertad garantizada en la Constitución” como un “orgullo francés, mensaje universal”.