Según un informe del Club Alpino Austríaco, la mayoría de los glaciares en Austria experimentaron un retroceso durante el último año, marcando un patrón constante de disminución. De los 93 glaciares monitoreados, todos, excepto uno, mostraron signos de retroceso.
El retroceso promedio de los 79 glaciares medidos fue de aproximadamente 23.9 metros en comparación con el año anterior, representando una de las mayores reducciones registradas en los últimos 133 años de mediciones. El glaciar Pasterze, el más grande de Austria, experimentó un retroceso récord de 203.5 metros.
Los expertos, incluidos Gerhard Lieb y Andreas Kellerer-Pirklbauer del Instituto de Geografía de la Universidad de Graz, advierten que los glaciares de Austria están llegando a un punto irreversible. El proceso de formación de nieve necesario para estabilizar los glaciares requiere décadas, y con el tiempo agotado, es poco probable que se pueda hacer algo para revertir la situación.
El informe destaca que, aunque es posible que queden algunos restos de glaciares en áreas sombreadas, como el glaciar Glockner, es probable que en 40 a 45 años, Austria se quede prácticamente sin hielo.
El rápido retroceso de los glaciares es un claro indicador del cambio climático inducido por el hombre y sus efectos devastadores en los ecosistemas alpinos y globales.