Imágenes captadas por drones de las fuerzas ucranianas muestran escenas desgarradoras de cadáveres en áreas civiles de Toretsk, una ciudad asediada en la región oriental de Donetsk, devastada por los recientes ataques rusos.
Estos ataques, que incluyen el uso de potentes bombas planeadoras, han obligado a las autoridades locales a intensificar los esfuerzos de evacuación y rescate. El presidente de Ucrania Volodymyr Zelenskyy denunció que Rusia ha lanzado más de 800 de estas bombas solo en la última semana, llamando a la necesidad urgente de medios para neutralizar estas amenazas aéreas.
Las bombas planeadoras, equipadas con sistemas de guía precisos, son lanzadas desde aviones fuera del alcance de las defensas aéreas, causando devastación y dejando enormes cráteres en su impacto.
En Toretsk, equipos de rescate han trabajado arduamente para evacuar a residentes, especialmente ancianos y niños, mientras las operaciones militares continúan. Testimonios como el de Oksana Zharko, quien describió la destrucción de su casa durante un ataque reciente, reflejan el miedo y la angustia en la población civil.
Los ataques rusos no se limitan a Toretsk; recientemente, bombas planeadoras golpearon un almacén postal en Járkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, matando a una persona e hiriendo a otras nueve, incluido un bebé de 8 meses. La empresa Nova Poshta, que gestiona el centro, reportó daños significativos en la infraestructura y vehículos de entrega.
El presidente Zelenskyy ha instado a los países aliados a relajar las restricciones sobre el uso de armas occidentales para atacar objetivos militares rusos, enfatizando la necesidad de defensa aérea moderna para contrarrestar las operaciones rusas.
Este último incidente en el sur de Ucrania sigue marcando un aumento en la intensidad y la tragedia de un conflicto que afecta profundamente a la población civil, subrayando la urgencia de una solución diplomática y humanitaria.