- Olaf Scholz advierte a Trump sobre el respeto al derecho internacional.
- Berlín defiende la inviolabilidad de las fronteras tras declaraciones sobre Groenlandia.
- Europa reacciona ante posibles acciones militares sugeridas por Trump.
El canciller alemán, Olaf Scholz, envió un mensaje directo al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, recalcando que las fronteras internacionales deben respetarse bajo cualquier circunstancia. La declaración surge después de que Trump mencionara la posibilidad de usar presión militar para adquirir Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca.
“El respeto a las fronteras es una regla que aplica a todos, sin importar si son pequeñas naciones o grandes potencias”, afirmó Scholz durante una comparecencia en Berlín.
Un principio inquebrantable
Scholz recordó que, desde la Guerra Fría, se acordó que las fronteras no pueden ser modificadas por la fuerza. Aunque este principio fue violado con la invasión rusa a Ucrania en 2022, Alemania y sus aliados, incluidos Estados Unidos, siguen apoyando a Ucrania en defensa de su soberanía.
“La inviolabilidad de las fronteras es la base del orden de paz mundial. No debe ser cuestionada bajo ninguna circunstancia”, insistió el canciller, en un claro mensaje hacia las recientes declaraciones de Trump.
Reacciones sobre la OTAN
Trump también propuso que los países miembros de la OTAN aumenten su gasto en defensa al 5 % del PIB. Scholz respondió subrayando que la Alianza Atlántica es clave para la seguridad europea y destacó que Alemania ya cumple con el objetivo del 2 % establecido por la organización.
El canciller señaló que cualquier decisión sobre el presupuesto de defensa debe basarse en análisis rigurosos y en la cooperación entre los miembros de la OTAN, priorizando la unidad y el trabajo conjunto.
Groenlandia en el centro de la polémica
Trump volvió a insistir en que Estados Unidos debería anexar Groenlandia y no descartó el uso de medidas económicas o militares para lograrlo.
Ante esto, el Gobierno danés respondió con firmeza, aclarando que cualquier decisión sobre el futuro de Groenlandia recae exclusivamente en sus habitantes.