En Fort Lauderdale, Florida, se han presentado las primeras demandas relacionadas con el caos ocurrido durante la final de la Copa América en el Estadio Hard Rock. Aficionados sin boletos forzaron su entrada al estadio, provocando lesiones a algunas personas y negando el acceso a aquellos con boletos.
Hasta el viernes por la mañana, se habían presentado cuatro demandas contra el estadio y la CONMEBOL, el organismo rector del fútbol sudamericano. Los demandantes acusan a los organizadores de no haber contratado suficiente personal de seguridad.
El abogado Judd Rosen, que representa a una mujer lesionada, afirmó que los organizadores priorizaron las ganancias sobre la seguridad. Según Rosen, “todo el dinero que debieron gastar en seguridad se lo llevaron a sus bolsillos”.
Los oficiales del estadio dijeron que reembolsarán los boletos no utilizados comprados directamente con los organizadores y mencionaron que contrataron el doble de seguridad en comparación con otros eventos.
Isabel Quintero, cliente de Rosen, resultó lesionada cuando fue empujada contra una pared. Ella había comprado boletos como regalo para su padre, pagando 1,500 dólares por cada uno. Quintero estaba en la fila cuando los guardias de seguridad dejaron de admitir personas, lo que provocó una estampida.
El abogado Irwin Ast presentó demandas en nombre de los aficionados que tenían boletos pero no pudieron ingresar debido al caos. Los aficionados gastaron miles de dólares en boletos, vuelos y hoteles, y experimentaron miedo y estrés durante el incidente.