En medio de la atención mundial centrada en el conflicto entre Israel y Hamás en Gaza, Cindy McCain, directora del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, emitió una advertencia crucial sobre la situación en Sudán.
La prolongada y devastadora guerra entre dos generales rivales en el país podría desencadenar la peor crisis alimentaria a nivel global.
McCain destacó que la guerra en Sudán ha dejado a millones de personas en el noreste de África sumidas en la desesperación. La violencia entre el ejército nacional y un grupo paramilitar ha llevado a una situación crítica, con aproximadamente 18 millones de personas sufriendo de hambre severa, muchos de los cuales están atrapados tras las líneas del frente.
El conflicto en Sudán estalló a mediados de abril, extendiéndose desde la capital, Jartum, hasta otras partes del país, incluida la región disputada de Darfur. Miles de vidas se han perdido en los enfrentamientos, y las atrocidades han sido perpetradas en varias áreas, recordando trágicamente los eventos genocidas ocurridos hace dos décadas en Darfur.
El fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, ha expresado preocupación por posibles crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad o genocidio en la región. La situación humanitaria es crítica, con más de 10 millones de personas desplazadas dentro y fuera del país.
McCain hizo un llamado urgente a todas las partes en conflicto para que detengan la violencia y permitan que las agencias humanitarias brinden asistencia crucial a quienes más la necesitan. Advierte que la inacción solo profundizará la crisis y tendrá repercusiones duraderas en la región.