La policía de Wiltshire, Inglaterra, detuvo a dos activistas del grupo ecologista “Just Stop Oil” por rociar con pintura los monolitos de Stonehenge como parte de una protesta contra la explotación de combustibles fósiles. Este acto ha provocado una severa reacción por parte del gobierno británico y ha intensificado el debate sobre el cambio climático en el contexto de las elecciones próximas.
El grupo afirmó que la pintura utilizada desaparecerá con la lluvia, minimizando el daño permanente al monumento prehistórico. No obstante, el primer ministro conservador, Rishi Sunak, lo calificó como un “vandalismo vergonzoso” contra uno de los sitios históricos más emblemáticos del Reino Unido y del mundo.
Stonehenge, construido entre los años 3000 y 2300 a.C., es conocido por sus imponentes piedras erguidas que forman círculos misteriosos, atrayendo a miles de visitantes cada año para celebraciones como el solsticio de verano. El gobierno conservador ha enfrentado desafíos persistentes de grupos como “Just Stop Oil”, que demandan el fin de la explotación de energías fósiles antes de 2030.
El líder laborista Keir Starmer también ha criticado la táctica del grupo de activistas ecologista, subrayando las divisiones políticas y ambientales exacerbadas en el Reino Unido antes de las elecciones del 4 de julio.