El peso mexicano enfrenta este martes una depreciación significativa, ubicándose como la moneda con el peor desempeño global del día. El tipo de cambio al mayoreo llegó a 20.83 pesos por dólar, el nivel más bajo registrado desde julio de 2022. En operaciones al menudeo, el dólar se vendió en 21.34 pesos en ventanillas de CitiBanamex, un aumento de 64 centavos respecto al cierre anterior.
El peso retrocedió 2.7% frente al dólar, afectado por varios factores:
- Amenazas de Donald Trump: El presidente electo de Estados Unidos anunció aranceles del 25% a productos mexicanos para combatir la inmigración y el tráfico de drogas.
- Revisión de calificaciones crediticias: HR Ratings cambió la perspectiva de la deuda mexicana de estable a negativa, mientras que Moody’s realizó un ajuste similar días atrás.
- Proyecciones económicas negativas: Moody’s Analytics advirtió sobre el impacto que estas medidas tendrán en el crecimiento económico y la estabilidad financiera de México.
Impacto en la economía mexicana
Según Moody’s, la economía mexicana podría crecer apenas 0.6% en 2025, luego de un crecimiento estimado de 1.3% en 2024. La contracción económica se agravaría por una brecha comercial más amplia, derivada de una menor demanda de exportaciones mexicanas y una desaceleración en el crecimiento económico de Estados Unidos.
Para 2026, se espera una ligera recuperación con un crecimiento del PIB de 1.6%, impulsado en parte por la depreciación del peso, que podría favorecer las exportaciones.
El tipo de cambio y las tasas de interés serán los principales mecanismos de ajuste. Se prevé que el peso continúe absorbiendo los choques externos, lo que incrementará la inflación debido al encarecimiento de las importaciones. Además, los recortes en tasas de interés podrían pausarse o incluso revertirse para contrarrestar los efectos de estas políticas.
El peso, en la mira de los mercados
Los analistas destacan que la incertidumbre generada por las políticas de Donald Trump ha aumentado la aversión al riesgo entre los inversionistas. Este panorama pone al peso mexicano bajo presión, posicionándolo como una de las divisas más vulnerables frente a los cambios en el escenario internacional.