- El presidente electo de EE. UU., Donald Trump, empieza a recibir informes clasificados de inteligencia.
- Estas sesiones forman parte de una tradición que comenzó en 1952 y la Oficina del Director Nacional de Inteligencia las supervisa.
- Trump, que evitó informes de inteligencia durante su campaña, tiene antecedentes por mal manejo de información confidencial.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha comenzado a recibir informes de inteligencia como parte de la transición de poderes que culminará con su investidura el 20 de enero de 2025. La Oficina del Director Nacional de Inteligencia, encargada de coordinar las agencias de inteligencia del país, ha iniciado estas sesiones informativas, una práctica habitual desde 1952, para asegurar que el futuro mandatario esté al tanto de los asuntos de seguridad nacional.
Según el diario The Washington Post, Trump comenzó a recibir estos informes poco después de su victoria en las elecciones del 5 de noviembre. Aunque su equipo de transición no respondió a solicitudes de comentario sobre el tema, funcionarios anónimos confirmaron que estas sesiones son parte del proceso formal de transición. En general, la entrega de información clasificada a los presidentes electos tiene como objetivo garantizar una transición de poder fluida y segura.
Trump comienza a recibir informes de inteligencia
A pesar de ser una tradición, Trump había rechazado anteriormente participar en reuniones informativas de inteligencia durante su campaña presidencial de 2024. El exmandatario explicó que temía que sus opositores lo acusaran de filtrar información confidencial, una preocupación que expresó en varias ocasiones.
Trump ya tiene un historial controvertido respecto al manejo de documentos sensibles. En su primer mandato (2017-2021), reveló información clasificada sobre un misil balístico de Corea del Norte en una reunión con el primer ministro japonés, lo que causó un escándalo internacional. Además, tras dejar la Casa Blanca, se llevó consigo numerosos documentos clasificados a su residencia en Mar-a-Lago, lo que provocó una investigación federal que culminó en cargos criminales por la retención inapropiada de materiales clasificados.