- La moción de confianza prevista para enero desencadenaría elecciones anticipadas.
- Tras la disolución del Bundestag, se activaría un gobierno en funciones.
- La crisis podría retrasar la aprobación del presupuesto de 2025.
La ruptura de la coalición de gobierno en Alemania ha puesto en jaque al canciller Olaf Scholz, quien se enfrentará el 15 de enero a una moción de confianza en el Bundestag. La expectativa es que no logre la mayoría necesaria para continuar en el cargo, lo que abriría la puerta a elecciones anticipadas. De acuerdo con la Ley Fundamental alemana, si el voto de confianza no es favorable, el canciller podrá pedir la disolución del Parlamento, lo que desencadenaría la convocatoria de comicios dentro de los 60 días posteriores, probablemente entre marzo y abril de 2025.
La disolución del Bundestag dejaría al gobierno en funciones, con Scholz y sus ministros manteniendo sus cargos de forma provisional hasta que se celebren las nuevas elecciones. Durante este periodo, otros miembros del gobierno podrían asumir las carteras vacías de Finanzas, Justicia y Educación. Sin embargo, el canciller tiene la opción de nombrar a nuevos ministros para ocupar estos puestos. Por otro lado, Wolfgang Wissing, ministro de Transporte, decidió continuar en su cargo, pero dejó su partido para evitar que su permanencia lo convierta en un obstáculo político.
El futuro político de Scholz y la disolución del Bundestag
Esta inestabilidad política también podría afectar la gestión del presupuesto federal para 2025. Al no contar con una mayoría clara en el Parlamento, es probable que el presupuesto no se apruebe antes de la disolución del Bundestag, lo que obligaría al gobierno a recurrir a una gestión provisional. Esto significa que solo se podrán realizar gastos obligatorios por ley, afectando la capacidad del gobierno para llevar a cabo nuevas inversiones o proyectos.
A lo largo de la historia de la República Federal, el voto de confianza ha sido una herramienta utilizada en situaciones de crisis, en las que los cancilleres han buscado reafirmar su poder o forzar nuevas elecciones. Aunque en algunos casos esta maniobra permitió consolidar coaliciones, como en 1972 con el canciller Willy Brandt, en otras ocasiones, como en 2005 con Gerhard Schröder, resultó en la pérdida de poder y el ascenso de nuevos gobiernos. Este precedente histórico sugiere que el resultado de la moción de confianza podría marcar el inicio de una nueva etapa política para Alemania.