- Un empate electoral entre Harris y Trump es una posibilidad remota pero intrigante.
- La Cámara de Representantes tomaría la decisión en caso de un empate.
- El Senado elegiría al vicepresidente, lo que podría resultar en un dúo presidencial de partidos distintos.
El próximo 5 de noviembre, las elecciones presidenciales de Estados Unidos podrían traer consigo un desenlace inesperado: un empate en los votos electorales entre Kamala Harris y Donald Trump. Aunque este escenario es poco probable, no es imposible, especialmente en un ambiente político tan polarizado y competitivo.
El sistema electoral de EE. UU. funciona a través del Colegio Electoral, donde los votantes no eligen directamente al presidente, sino a un grupo de electores designados por cada estado. Con un total de 538 votos electorales disponibles, el objetivo es alcanzar al menos 270. Sin embargo, dado que este número es par, podría darse la situación de que ambos candidatos finalicen con 269 votos cada uno.
En caso de que ocurra un empate, la responsabilidad de decidir quién se convierte en presidente recaerá en la Cámara de Representantes, que se reuniría para este propósito. En este sistema, cada delegación estatal tiene un solo voto, lo que significa que estados más poblados, como California, tendrían el mismo peso que estados menos poblados, como Wyoming. Actualmente, los republicanos dominan 26 de estas delegaciones, lo que les daría una ventaja significativa en este proceso.
Por otro lado, la elección del vicepresidente sería competencia del Senado, donde los senadores votarían de manera independiente. Esta dinámica podría llevar a una situación inusual en la que el presidente y el vicepresidente pertenezcan a partidos diferentes. A pesar de que la historia no ha registrado un empate en el Colegio Electoral, el análisis de resultados en estados clave muestra que, aunque factible, este desenlace sigue siendo muy improbable.