- La oposición venezolana se adapta a un entorno hostil, abandonando las manifestaciones públicas.
- Líderes como María Corina Machado se mantienen en la clandestinidad tras las elecciones del 28 de julio.
- La represión y la detención de opositores se han intensificado en el contexto político actual.
La oposición en Venezuela ha transformado su estrategia, dejando atrás las manifestaciones en las calles para operar desde un entorno seguro y virtual. Este giro surge como respuesta a la creciente “persecución” que sufren, especialmente después de las elecciones del 28 de julio, donde Nicolás Maduro fue proclamado ganador, un resultado que la oposición califica de fraudulento. Figuras destacadas como María Corina Machado han estado en “clandestinidad” desde el 1 de agosto, preocupadas por su seguridad, mientras que otros, como Edmundo González Urrutia, han solicitado asilo en el extranjero ante las amenazas que enfrentan.
Juan Pablo Guanipa, un estrecho colaborador de Machado y González, observa que la represión se ha agravado después de las elecciones, forzando a muchos líderes a alejarse de la vida pública. Este cambio ha afectado la forma en que se realiza la política, ya que los opositores deben renunciar al contacto directo con los ciudadanos y buscar nuevas formas de comunicación. Guanipa ha comenzado a utilizar las redes sociales para compartir información sobre la situación actual y mantener viva la esperanza de un cambio político en el país.
Un nuevo enfoque en la política opositora
La situación de la oposición se ve ensombrecida por un alto número de detenciones. Según el Comité de Derechos Humanos de Vente Venezuela, al menos 157 políticos y activistas continúan detenidos, muchos de ellos colaboradores cercanos de los líderes opositores. Además, seis opositores se encuentran refugiados en la Embajada de Argentina en Caracas, tras la revocación de la protección que Brasil les había proporcionado. Guanipa ha denunciado intentos de detención en varias manifestaciones, lo que resalta el clima de inseguridad que prevalece.
A pesar de estos riesgos, Guanipa reafirma su compromiso de participar en futuras convocatorias, tomando medidas de seguridad para protegerse. Este sentido de responsabilidad hacia la población y la lucha por el cambio político mantienen a la oposición activa, incluso en un contexto adverso y peligroso. La situación ilustra el constante desafío que enfrentan los líderes opositores, quienes, aunque en la clandestinidad, buscan seguir conectados con sus bases y continuar su lucha por la democracia en Venezuela.