En su primer debate, Tim Walz, gobernador demócrata de Minnesota, y JD Vance, senador republicano de Ohio, hablaron sobre la crisis migratoria en EE. UU. Ambos candidatos culparon a sus líderes por la situación actual.
Vance acusó a Kamala Harris, vicepresidenta y candidata demócrata, de ser responsable de los problemas en la frontera entre EE. UU. y México. Dijo que Harris deshizo 94 decisiones de Donald Trump que ayudaron a abrir la frontera.
Cuando se le preguntó sobre la separación de niños de sus padres en la frontera, Vance evitó la respuesta directa y dijo que ya hay muchas separaciones de niños debido a la “frontera abierta” de Harris. También la acusó de permitir que los cárteles de drogas operen en el país, utilizando a menores para introducir sustancias ilegales.
Walz, por su parte, criticó a Trump, afirmando que bloqueó un proyecto de ley sobre la frontera cuando estaba en la oposición. Dijo que, aunque Trump prometió construir un “gran muro”, solo se completó menos del 2% durante su mandato, y que México nunca pagó por ello.
Además, Walz acusó a Vance de “demonizar” a los inmigrantes, mencionando comentarios de Vance sobre inmigrantes haitianos en Ohio.
Interrupción de los micrófonos
Ambos candidatos querían seguir hablando de inmigración, pero las moderadoras intentaron cambiar a otro tema, lo que llevó a CBS a cortar sus micrófonos. La cadena había establecido que los micrófonos estarían encendidos durante todo el evento, pero podían apagarse si era necesario.
Desescalada en Oriente Medio
Los candidatos también discutieron la situación en Oriente Medio, acusándose mutuamente de que Trump y Harris no podrían garantizar la paz en la región. Ambos coincidieron en la importancia de apoyar a Israel, aunque no hubo grandes diferencias en sus posiciones.
Walz acusó a Trump de ser impulsivo y de acercarse a líderes autoritarios, mientras que Vance defendió que la “diplomacia inteligente” de Trump hizo al mundo más seguro.
Oportunidad en el debate
Vance utilizó el debate, que probablemente será el único, para presentarse como una persona de clase trabajadora que ha cumplido el “sueño americano”. En general, el tono fue educado y no hubo interrupciones, a diferencia del debate entre Trump y Harris, que fue más caótico.