- La posible nueva regla sobre el lenguaje de los pilotos genera reacciones encontradas.
- Lewis Hamilton critica las declaraciones del presidente de la FIA, sugiriendo un trasfondo discriminatorio.
- Max Verstappen defiende el uso del lenguaje natural en situaciones de alta presión.
La Fórmula 1 se encuentra en el centro de una nueva polémica debido a una posible regla que podría prohibir a los pilotos el uso de groserías durante las transmisiones por radio. Esta propuesta ha desatado un debate considerable, especialmente entre los pilotos, siendo Lewis Hamilton uno de los más críticos.
A lo largo de su historia, la F1 ha implementado diversas modificaciones a sus reglas, muchas veces en respuesta a accidentes trágicos que han afectado la seguridad de pilotos y espectadores. Sin embargo, también se han establecido normativas para fomentar un ambiente de respeto entre los pilotos y la audiencia. En 2022, se actualizó el Código Deportivo Internacional de la FIA para sancionar declaraciones que infrinjan el principio de neutralidad, lo que ha generado controversia sobre la libertad de expresión de los conductores.
El actual debate se inició con declaraciones de Mohammed Ben Sulayem, presidente de la FIA, quien comparó el lenguaje de los pilotos con el de los raperos, sugiriendo que su uso de groserías era inapropiado. Esta comparación fue rápidamente criticada por Hamilton, quien señaló el trasfondo racista de la afirmación. “No me gusta la forma en que lo expresó. La mayoría de los raperos son negros. Tiene un elemento racista”, comentó.
Max Verstappen, por su parte, se mostró escéptico ante la nueva regla, afirmando que no cambiará su manera de comunicarse, incluso si se establece una prohibición. “Todo el mundo usa esas palabras en situaciones de presión. Es parte del entretenimiento”, argumentó, sugiriendo que, en lugar de censurar el lenguaje, podría ser más efectivo no retransmitir esos momentos.
La controversia sobre el lenguaje de los pilotos resalta las tensiones entre la necesidad de mantener un ambiente respetuoso y la autenticidad en uno de los deportes más intensos y competitivos del mundo. A medida que la discusión continúa, la FIA deberá encontrar un equilibrio entre la regulación y la libertad de expresión en la pista