- Ucrania enfrenta un invierno complicado con ataques rusos que han dañado su infraestructura energética.
- La OMS reporta que casi 2.000 ataques han afectado la atención médica desde 2022.
- La falta de electricidad y calefacción puede agravar las enfermedades y problemas de salud mental.
Ucrania se prepara para enfrentar uno de los inviernos más difíciles de su historia reciente debido a los severos daños a su infraestructura energética provocados por los ataques rusos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el país está lidiando con un sistema de salud severamente afectado, con casi 2.000 incidentes que han impactado a hospitales y profesionales de la salud desde el inicio del conflicto en 2022. La reciente intensificación de estos ataques ha resultado en apagones generalizados, exacerbando los problemas de atención médica.
Hans Kluge, director de la OMS para Europa, destacó que los cortes de electricidad actuales están amenazando la capacidad de almacenar y distribuir vacunas, lo que podría incrementar el riesgo de enfermedades que podrían haberse prevenido. Además, la infraestructura de agua, que depende de un suministro eléctrico continuo, está en riesgo, lo cual podría llevar a un aumento de enfermedades relacionadas con el agua y alimentos contaminados.
Desafíos invernales para Ucrania
La falta de calefacción y ventilación durante el invierno es otra preocupación importante, ya que podría aumentar los casos de infecciones respiratorias, incluidas la gripe y el COVID-19. Kluge también hizo hincapié en el creciente problema de la resistencia a los antibióticos, una situación que podría tener consecuencias graves si los tratamientos médicos se vuelven ineficaces.
Para enfrentar estos desafíos, la OMS está tomando medidas proactivas, como la instalación de generadores y sistemas de calefacción en centros de salud. Además, se están estableciendo 40 clínicas modulares de atención primaria en seis regiones para asegurar la continuidad de los servicios médicos. La OMS también ha aumentado la capacidad para monitorear la resistencia antimicrobiana, con cien laboratorios operando en lugar de los tres que había en 2017. Kluge subrayó la importancia de mantener la integridad del sistema de salud ucraniano en medio de la guerra y los duros meses de invierno que se avecinan, resaltando la necesidad de proteger la salud pública ante los continuos ataques a la infraestructura médica.