- Michel Barnier, nuevo primer ministro francés, inicia consultas con líderes del centro y la derecha para formar su Gobierno.
- El ex primer ministro Gabriel Attal entregó el cargo a Barnier, quien también busca diálogo con la izquierda y la extrema derecha.
- La decisión de Macron de nombrar a Barnier ha provocado protestas y una moción de destitución.
- Barnier ha anunciado prioridades centradas en la deuda, educación, y políticas de inmigración y seguridad.
Michel Barnier, el nuevo primer ministro de Francia, comenzó este viernes sus reuniones con líderes del centro y la derecha como parte de sus esfuerzos para formar su Gobierno. La jornada comenzó con la llegada de Gabriel Attal, el primer ministro saliente, a las 9:00 locales (7:00 GMT) a la residencia oficial de Matignon. Posteriormente, los principales dirigentes del partido conservador Los Republicanos (LR), al que pertenece Barnier, se unieron a la reunión.
Barnier también ha mantenido contactos con figuras clave como el ex primer ministro Édouard Philippe, el líder centrista François Bayrou y el expresidente Nicolas Sarkozy. Además, ha conversado con los presidentes de las cámaras parlamentarias, Yaël Braun-Pivet y Gérard Larcher. Aunque ha buscado diálogo con personalidades de izquierda y extrema derecha, el Nuevo Frente Popular (NFP) critica la elección de Barnier, acusando a Macron de ignorar a su candidata, Lucie Castets.
Calificación del nombramiento de Barnier
El coordinador de La Francia Insumisa (LFI), Manuel Bompard, calificó el nombramiento de Barnier como un “robo de las elecciones legislativas” y convocó manifestaciones en 150 ciudades francesas. También presentó una moción para la destitución de Macron, que enfrenta escasas posibilidades de éxito debido a los requisitos necesarios para su aprobación.
Barnier, de 73 años, delineó sus prioridades para el nuevo Gobierno, que incluyen abordar la deuda financiera y ecológica, enfocarse en la educación, y reforzar la influencia de Francia en Europa. También propuso medidas de derecha, como un control más estricto de la inmigración y políticas de seguridad, reflejando su orientación conservadora.