Un avión de combate F-16 de fabricación estadounidense se estrelló en Ucrania el pasado lunes. Este accidente se produjo solo unas semanas después de que estos aviones fueran enviados por Estados Unidos a Kiev para reforzar las capacidades militares ucranianas frente a los ataques rusos, según informaron medios de comunicación de EE.UU.
Aunque el Pentágono y las Fuerzas Aéreas ucranianas aún no han confirmado oficialmente el incidente, se ha indicado que el accidente fue causado por un error del piloto y no por un ataque enemigo, a pesar de que ocurrió durante un masivo bombardeo de misiles rusos.
Las autoridades de Lutsk, en el noroeste de Ucrania, reportaron esta semana que el piloto Oleksiy Mes, entrenado en el manejo del F-16, falleció en una misión de combate el lunes. Su identidad está pendiente de confirmación oficial.
El Kremlin no se ha pronunciado sobre la posibilidad de que el F-16 haya sido derribado. Estos aviones, debido a su capacidad para proteger a las tropas ucranianas y su origen estadounidense, tienen un gran valor estratégico.
Los F-16 se convirtieron en un símbolo del apoyo occidental a Ucrania, que solicitó su envío a potencias como EE.UU. Estos aviones se usaron por primera vez en combate esta semana para repeler ataques rusos con misiles y drones, según el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
En julio, el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, anunció un nuevo paquete de asistencia de seguridad para Ucrania valorado en más de 2.300 millones de dólares. Este paquete incluye interceptores de defensa aérea, armas antitanques y otras municiones esenciales. Austin subrayó que el apoyo de EE.UU. a Ucrania es firme y que, junto con aproximadamente 50 aliados y socios, se continuará brindando el apoyo necesario para enfrentar la agresión rusa.