- Un informe de B’Tselem revela graves abusos y torturas a presos palestinos en prisiones israelíes, incluyendo agresiones sexuales y condiciones inhumanas.
- La detención de soldados involucrados en estos abusos ha desatado un intenso debate y protestas en Israel. Las críticas apuntan a que estas prácticas no son incidentes aislados.
- Testimonios de excarcelados y ONGs indican que la situación es parte de un patrón sistemático de abusos en las cárceles israelíes.
Un informe reciente de la ONG israelí B’Tselem ha revelado alarmantes abusos en prisiones israelíes, incluyendo torturas y agresiones sexuales contra presos palestinos. Entre los casos denunciados, se encuentra el de un preso que relató cómo un soldado intentó introducir una zanahoria en su ano mientras otros carceleros grababan el incidente. Este informe surge justo después de que cinco militares fueran arrestados por violentar a un detenido en la prisión de Sde Teiman, en el sur de Israel.
Sami Khalili, un exdetenido de la prisión de Ketziot, describió cómo los carceleros usaban detectores de metales para golpear a los prisioneros en sus partes íntimas. La controversia se intensificó con la detención de nueve soldados en Sde Teiman, que ha generado un acalorado debate en Israel. Algunos medios israelíes han mostrado apoyo a los soldados, mientras que otros cuestionan la gravedad de los abusos reportados.
Condiciones inhumanas en prisiones
El informe de B’Tselem documenta también condiciones inhumanas en las prisiones, como palizas, condiciones de higiene deficientes y falta de alimentos. La situación se ha deteriorado desde principios de octubre, cuando el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, declaró un “estado de emergencia penitenciaria” para acomodar más detenidos, agravando aún más las condiciones carcelarias.
El Club de Prisioneros Palestinos y otros grupos internacionales han exigido una investigación exhaustiva, argumentando que los abusos no se limitan a Sde Teiman, sino que reflejan un patrón sistemático en todo el sistema penitenciario israelí. A pesar de las protestas y las demandas de una revisión internacional, el Gobierno israelí ha defendido el sistema y minimizado la magnitud de las denuncias.