La captura de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los narcotraficantes más importantes de México, podría provocar más violencia en el país y generar nueva información en Estados Unidos.
Zambada, conocido por su astucia y habilidad para evadir a las autoridades, fue arrestado en Texas después de ser engañado para volar desde Hermosillo. También fue detenido Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo” Guzmán.
Con Zambada fuera del juego, se espera una lucha interna por el control del Cártel de Sinaloa. Esto ha llevado al gobierno mexicano a enviar 200 fuerzas especiales a Culiacán, Sinaloa, para prevenir posibles enfrentamientos.
Vanda Felbab-Brown, de Brookings Institution, advierte que la violencia podría aumentar, beneficiando al Cártel de Jalisco Nueva Generación, rival del de Sinaloa. Aunque el arresto de Zambada es un éxito táctico, podría no serlo en términos estratégicos en la lucha contra el narcotráfico.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo que México no participó en los arrestos, pero los considera un avance. Sin embargo, el abogado de Zambada, Frank Pérez, negó que su cliente se entregara voluntariamente.
La captura de Zambada es un golpe para el Cártel de Sinaloa, responsable de gran parte del fentanilo y metanfetaminas que llegan a Estados Unidos. Pese a esto, la violencia en México sigue siendo un problema grave.
En Estados Unidos, otro hijo de Zambada, Ismael Zambada Imperial, se declaró culpable en 2021. Ovidio Guzmán López, hijo de “El Chapo”, también fue capturado y extraditado, posiblemente colaborando como testigo.
La cooperación de “El Mayo” Zambada podría revelar información crucial sobre el narcotráfico y la corrupción en México.