- Miles de manifestantes rodearon el Capitolio para exigir el cese al fuego y el fin del apoyo de EE. UU. a Israel en Gaza.
- El discurso de Netanyahu fue el primero en el que la vicepresidenta Kamala Harris no asistió, y muchos legisladores demócratas hicieron un boicot.
- La presencia de protestas sin precedentes refleja una creciente oposición a la política israelí y a la guerra en Gaza.
Protestas fuera del capitolio
El Capitolio fue escenario de intensas protestas este jueves mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ofrecía un discurso ante un Congreso dividido. Miles de manifestantes se aglomeraron alrededor del edificio, coreando “Palestina libre, libre” y exhibiendo pancartas que pedían el fin del apoyo estadounidense a la guerra en Gaza. La protesta subrayó el creciente descontento con la política israelí y mostró un notable incremento en la oposición dentro de la política estadounidense, reflejado en el boicot a Netanyahu por parte de varios legisladores demócratas.
Netanyahu, en su discurso, abordó temas delicados y trató de proyectar una imagen de Israel como un estado democrático diverso, a pesar de las críticas internacionales y los fallos en su contra. En su intervención, el primer ministro omitió mencionar a los palestinos y caracterizó el conflicto como un enfrentamiento entre “la barbarie y la civilización”, argumentando que una mayor entrega de armas aceleraría el final de la guerra. Durante el evento, también destacó su estrecha relación con Donald Trump, un punto que recibió elogios de los legisladores republicanos presentes.
Ausencia de Kamala Harris
La ausencia de la vicepresidenta Kamala Harris, quien habitualmente preside los discursos bicamerales en su rol como presidenta del Senado, y el boicot de varios legisladores demócratas marcaron un evento notable por la falta de unidad entre los políticos estadounidenses. Mientras algunos críticos destacaron un video en el que Harris pedía un cese al fuego en Gaza, sus asesores han intentado asegurar que ella sigue apoyando a Israel. La situación refleja la creciente presión política sobre los demócratas, especialmente entre los jóvenes votantes.
En un giro inesperado, Netanyahu atacó a los manifestantes estadounidenses, sugiriendo que Irán financiaba las protestas y llamando a los activistas “idiotas útiles” de Teherán. Este ataque, junto con la presión internacional y los crecientes costos políticos, resalta cómo las relaciones entre Washington y Tel Aviv están experimentando un cambio significativo. Tanto el presidente Biden como la vicepresidenta Harris tienen reuniones programadas con Netanyahu, y todos están atentos a posibles cambios en la política estadounidense hacia Israel.