En la madrugada de este martes, un gran número de migrantes de Centroamérica, Venezuela, Cuba y África salió de Tapachula, en la frontera sur de México, con el objetivo de llegar a Estados Unidos antes de las próximas elecciones presidenciales.
Esta es la caravana más grande del año. El grupo se organizó en Tecún Umán, Guatemala, y cruzó el río Suchiate para llegar a Tapachula, donde descansaron antes de comenzar su marcha por la carretera costera desde el parque Bicentenario.
Entre los migrantes se encuentran muchas familias con niños pequeños. Algunos de ellos enfrentan problemas con los permisos del Instituto Nacional de Migración (INM), lo que les impide avanzar y los obliga a regresar a Chiapas.
Ana Pérez, una migrante centroamericana, viaja con sus hijos y lo intenta por segunda vez. En mayo, después de ingresar a México, fue llevada a Tuxtla Gutiérrez para tramitar sus documentos. Debido a la demora, regresó al centro del país y fue detenida en Puebla, siendo enviada de vuelta a la frontera sur.
“Nos dijeron que nos ayudarían, pero nos golpearon y nos quitaron nuestras cosas. Nos dejaron sin recursos y nos amenazaron”, relató Ana, quien perdió un ojo en su país natal debido a un ataque de pandillas. Ella confía en que la gran cantidad de migrantes facilitará su viaje hacia Estados Unidos.
Las caravanas migrantes, que comenzaron en octubre de 2018, continúan buscando atravesar México en busca de mejores oportunidades. En Chiapas, es común ver grupos de migrantes en su camino hacia el sueño americano.
“Estamos aquí en paz, buscando mejorar nuestras vidas. Creemos en la ayuda de Dios”, dijo José Luis Sánchez en un mensaje dirigido al candidato republicano Donald Trump.
Según la policía, esta nueva caravana, compuesta por aproximadamente tres mil migrantes de Centroamérica, Sudamérica y África, partió el domingo desde Ciudad Hidalgo, en la frontera con Guatemala, con la meta de llegar a Estados Unidos antes de las elecciones.