La inteligencia artificial (IA) está irrumpiendo en diversos sectores, y la música no es una excepción. Sin embargo, su aplicación en este ámbito genera interrogantes, tanto éticos como de calidad. Un ejemplo de ello es Jen, un nuevo generador de música con inteligencia artificial que, a pesar de contar con licencias para su entrenamiento, no ha logrado convencer a músicos profesionales por sus resultados poco inspiradores.
Jen se presenta como una alternativa a otros generadores de música con inteligencia artificial que han sido acusados de infringir derechos de autor. Su apuesta radica en el uso de material con licencia para su entrenamiento, asegurando así la ética de su proceso. Sin embargo, la calidad de la música generada por Jen ha sido cuestionada por varios músicos profesionales.
Limitaciones en la creatividad
Los artistas que han probado Jen coinciden en que, si bien es fácil de usar, no resulta inspirador. La IA no parece comprender a profundidad los géneros musicales ni las referencias que se le presentan, lo que limita la creatividad y la originalidad de las piezas generadas.
Un futuro incierto para la música creada con IA
A pesar de las limitaciones actuales, la IA tiene el potencial de transformar la industria musical. Sin embargo, es necesario que su desarrollo se enfoque no solo en aspectos éticos, sino también en la calidad y originalidad de los resultados. De lo contrario, la música creada con IA podría convertirse en una avalancha de piezas genéricas y sin alma, perjudicando tanto a la industria como a los propios artistas.
Puntos clave a considerar:
- La IA en la música presenta un dilema entre ética y calidad.
- Jen, un generador de música con IA “ético”, no convence a los músicos por sus resultados.
- La IA tiene potencial en la música, pero se necesita un enfoque que priorice la calidad y la creatividad.
- El futuro de la música creada con IA dependerá de su capacidad para superar sus limitaciones actuales.
La IA en la música aún se encuentra en una etapa temprana de desarrollo. Si bien su potencial es innegable, es crucial que su avance se guíe por principios éticos y un enfoque en la calidad para que realmente beneficie a la industria y a los amantes de la música.