- Migrantes desafían temperaturas extremas y operativos fronterizos cruzando el desierto de Chihuahua.
- Frontera norte de México se convierte en ruta crucial mientras operativos gubernamentales aumentan.
Migrantes provenientes del sur de México y Centroamérica continúan arriesgando sus vidas en una ruta cada vez más peligrosa: el desierto de Chihuahua. Con temperaturas que superan los 40 grados Celsius, esta región se ha vuelto una alternativa crucial ante los intensificados operativos del Gobierno mexicano y estadounidense en otras áreas.
Uno de los migrantes, Giovanni Alpizar, quien junto con dos compañeros se aventuró por 8 kilómetros de dunas bajo el abrasador sol, compartió sus motivos: “Por migración (cruzamos el desierto), porque nos detienen, no tenemos permiso mexicano. Gracias a Dios, me ha dado un poco de resistencia y el agua y todo”.
Esta ruta evita un retén carretero ubicado 50 kilómetros al sur de Ciudad Juárez, ciudad fronteriza con El Paso, EE.UU. Sin embargo, el riesgo es alto; en las primeras semanas de junio, 25 migrantes murieron por deshidratación o ahogados intentando cruzar el río Bravo, con otros 35 rescatados.
La situación ha llevado a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) a declarar la frontera México-EE.UU. como la ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo, con más de 686 migrantes fallecidos o desaparecidos en 2022. La Diócesis de Ciudad Juárez, a través del padre Juan Carlos López, insta a ambas naciones a coordinar esfuerzos humanitarios para evitar más tragedias.