En los últimos años en México más de una fintech ha dado el paso a convertirse en bancos, en algunos casos mediante la adquisición de pequeñas instituciones que ya contaban con una licencia de este tipo; como Ualá, Covalto o recientemente Kapital Bank; que logró mejorar el número de clientes, captación u otros negocios, desde un ecosistema digital. El reto en la estrategia de comprar es incrementar la base de usuarios para exportar todos los servicios y productos que permite la licencia bancaria porque, de no ser así, saldrá “muy caro” mantenerla, dijo el country head de DGA Group, Álvaro Vértiz.
Contar con una licencia bancaria tiene diversas ventajas. Por ejemplo, el tema de otorgamiento de crédito a través de nóminas, una mayor captación, tener productos formales de inversión asociados y tener relaciones financieras con pymes, grandes corporativos o gobiernos. Operar como banco también permite que los usuarios tengan cobertura por el seguro del IPAB por más de tres millones de pesos, algo que les permite captar a clientes de mayor poder adquisitivo. Comparativamente, una Sociedad Financiera Popular (Sofipo) solo ofrece 200,000 pesos de seguro.
Caso Ualá
En mayo de 2023, la argentina Ualá, fundada por Pierpaolo Barbieri, concretó la compra del banco regiomontano ABC Capital, que en ese entonces solo tenía 405,885 cuentas activas y sumaba una captación tradicional por 2,803 millones de pesos, según cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Casi un año después, la institución financiera casi triplicó sus cuentas, al llegar a un millón 179,890 en abril de 2024, un crecimiento de 190%; mientras que la captación aumentó un 31% a 3,697 millones de pesos y la colocación de 55,168 tarjetas de crédito. De acuerdo con firma, el incremento en la captación es impulsado por su producto de cuenta remunerada digital que ofrece un 15% de rendimiento; de hecho, los depósitos de exigibilidad inmediata representaron en abril 1,265 millones de pesos, equivalentes al 34% de su captación.
Caso de Covalto
En mayo de 2022, Credijusto, fundada por David Poritz y Allan Apoj, se hizo del banco mexicano llamado Finterra tras recibir las autorizaciones para su compra, el cual tiempo después cambió de nombre a Covalto. La firma, que se enfocaba al crédito a productores agropecuarios, corporativos agroindustriales y empresas de alimentos; contaba con solo con 448 cuentas activas; en tanto que su cartera de crédito total era de 1,980 millones de pesos y su captación tradicional de 191 millones de pesos.
Para abril de este año, Covalto elevó su número de cuentas activas a 6,344, un avance de 1,316% en este periodo; además duplicó su cartera de crédito a 4,270 millones de pesos, 115% más que cuando adquirió el banco. El negocio de captación la institución financiera avanzó en este tiempo, al llegar a 1,802 millones de pesos, lo que representó un aumento de 843% respecto a mayo del 2022, de acuerdo con los datos de la CNBV.
Respuesta de los bancos tradicionales
No solo mediante adquisiciones los bancos han buscado hacerse de una licencia bancaria, también firmas como Nu, Mercado Libre, entre otros han solicitado una a la CNBV; mientras que entidades como Banorte, Santander o Banregio con Hey, han apostado la creación de bancos digitales. En enero pasado, la firma presidida por Carlos Hank González lanzó Bineo para competir en este mercado que, sus primeros cuatro meses de operación, suma 5,377 cuentas activas, con una captación tradicional de 12 millones de pesos. En tanto que Santander alista el lanzamiento de su banco digital en México llamado OpenBank este año, el cual ya opera en algunos países de Europa, así como en Argentina, para competir con los bancos.