- Competencia entre un pragmático conservador, un revolucionario y un reformista.
- Una contienda electoral marcada por la apatía y la crisis económica.
En Irán, se celebran elecciones presidenciales anticipadas tras el fallecimiento de Ebrahim Raisí en un accidente de helicóptero en mayo. Tres candidatos —el pragmático conservador Mohamad Baqer Qalibaf, el ultraconservador Saeed Jalili y el reformista Masoud Pezeshkian— se enfrentan en una contienda sin un claro favorito, mientras la población muestra desinterés debido a la situación económica y las restricciones sociales.
Los datos de encuestas sugieren la posibilidad de una segunda vuelta dado que ninguno de los candidatos parece alcanzar el 50% de los votos requeridos.
Candidatos
- Mohamad Baqer Qalibaf: Con una trayectoria que incluye la Guardia Revolucionaria y la alcaldía de Teherán, Qalibaf se presenta con un enfoque ejecutivo y promete un nuevo acuerdo nuclear con Occidente, adaptado a los intereses iraníes.
- Saeed Jalili: Figura ultraconservadora y producto de la Revolución Islámica, Jalili se opone firmemente a Occidente, reflejando una postura de confrontación en temas internacionales.
- Masoud Pezeshkian: Cirujano cardíaco y exministro de Sanidad, Pezeshkian representa una visión reformista que aboga por un acercamiento a Occidente y críticas a las políticas restrictivas, como el velo islámico.
La alta participación electoral podría ser crucial para Pezeshkian, respaldado por figuras del bloque reformista y la minoría azerí.
Apatía y Descontento
Los votantes expresan escepticismo y apatía debido a una economía afectada por la inflación, el desempleo y las tensiones sociales, incluyendo el debate sobre las libertades individuales, como el uso del velo islámico.
La baja participación en elecciones anteriores refleja un creciente desencanto con el sistema político vigente entre la población joven y otros sectores, a pesar de los llamamientos de las autoridades para legitimar el proceso electoral.
Las elecciones presidenciales en Irán no solo determinarán el futuro del país en medio de desafíos geopolíticos, sino también la dirección política y social bajo el liderazgo del sucesor de Raisí y su impacto en la escena internacional.