La Unión Europea inició formalmente las conversaciones de membresía con Ucrania en una conferencia intergubernamental en Luxemburgo este martes. Este hito llega una década después de la anexión rusa de Crimea, desencadenando la actual crisis entre Rusia y Ucrania.
El primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, calificó este día como “histórico” y subrayó que representa “un nuevo capítulo” en las relaciones de Ucrania con la UE. Sin embargo, reconoció que el proceso de adhesión será complejo y prolongado.
Olga Stefanishaya, viceministra ucraniana de integración europea y euroatlántica, expresó optimismo ante el inicio de las negociaciones, destacando el apoyo unánime de su país hacia esta iniciativa.
Por su parte, Hadja Lahbib, primera ministra belga y actual presidenta rotativa de la UE, destacó la importancia histórica de este momento y reafirmó el compromiso del bloque con Ucrania frente a la agresión rusa.
Aunque las negociaciones representan un paso firme hacia la integración, se espera que el proceso sea complejo debido a la necesidad de alinear las leyes y normativas de Ucrania con las de la UE en múltiples áreas, incluyendo políticas fiscales, energéticas y derechos legales. La experiencia previa con Turquía, cuyas conversaciones de adhesión han durado casi dos décadas sin conclusión, subraya los desafíos por delante.
Las conversaciones también incluyen a Moldavia, que enfrenta sus propios desafíos geopolíticos con Rusia. El primer ministro moldavo, Dorn Recean, expresó determinación en avanzar hacia el objetivo de convertirse en miembro de la UE, enfatizando la solidaridad entre ambos países vecinos frente a las amenazas compartidas.
En resumen, mientras la UE muestra su apoyo a Ucrania y Moldavia a través de estas negociaciones, queda claro que el camino hacia la membresía plena será largo y exigente, reflejando tanto los retos geopolíticos como las condiciones internas que deben cumplirse.