Las monjas del convento de Santa Clara de Belorado, ubicado en Castilla y León, han reafirmado su determinación de abandonar la Iglesia católica en respuesta al ultimátum de sus superiores, subrayando su falta de reconocimiento hacia el Papa Francisco. En un comunicado emitido tanto en su cuenta de Instagram @tehagoluz como a través de un burofax dirigido a la archidiócesis de Burgos, las monjas explicaron que su decisión ha sido el resultado de una reflexión profunda y unánime entre todas las hermanas.
El conflicto se originó por acusaciones de persecución por parte del Vaticano y un prolongado enfrentamiento inmobiliario. La comunidad de dieciséis monjas, liderada por sor Isabel de la Trinidad, madre superiora, también expresó críticas al “caos doctrinal” que, según ellas, caracteriza al Vaticano, denunciando contradicciones y ambigüedades en su enseñanza.
Además, las monjas anunciaron que ahora se reconocen bajo la autoridad de un sacerdote excomulgado, Pablo de Rojas Sánchez, quien sostiene creencias sedevacantistas, negando la legitimidad de los papas desde Pío XII. Este movimiento desafía directamente la autoridad papal y la doctrina católica establecida.
El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, designado por el Vaticano para resolver la situación, había solicitado previamente un diálogo con las monjas, pero ante la negativa de estas, se ha procedido a iniciar un proceso de excomunión. Diez de las dieciséis monjas están directamente implicadas en este proceso, excluyendo a las mayores por considerarlas vulnerables.
Este enfrentamiento evidencia una división profunda dentro de la Iglesia católica española, con consecuencias legales y doctrinales significativas para las hermanas clarisas y su comunidad en Belorado.