El vicepresidente de Malaui, Saulos Chilima, y otras nueve personas fallecieron cuando el avión militar en el que viajaban se estrelló debido al mal tiempo en una región montañosa del norte del país, informó el presidente Lazarus Chakwera este martes. Chilima tenía 51 años.
En un discurso televisado, el presidente Chakwera anunció que los restos del avión fueron localizados tras más de un día de búsqueda en los bosques y montañas cerca de la ciudad de Mzuzu. El avión estaba “completamente destrozado” y no hubo sobrevivientes.
Chakwera expresó su “profunda tristeza” por la tragedia y describió a Chilima como “un patriota que sirvió a su país con distinción”. Pidió un minuto de silencio en honor a las víctimas.
La ex primera dama Shanil Dzimbiri también viajaba en el avión, junto con otros siete pasajeros y tres militares. El grupo se dirigía a Mzuzu para asistir al funeral de un exministro del gobierno. Chilima había regresado recientemente de una visita oficial a Corea del Sur.
El avión desapareció eyer lunes por la mañana durante un vuelo de 45 minutos entre la capital, Lilongüe, y Mzuzu. Los controladores aéreos habían advertido al avión que no intentara aterrizar en Mzuzu debido al mal tiempo y le pidieron que regresara a Lilongüe, pero se perdió el contacto y el avión desapareció del radar.
El avión, un Dornier 228 de doble hélice, era operado por las fuerzas armadas de Malaui y fue entregado al ejército en 1988. Unas 600 personas participaron en la búsqueda en la cordillera de Viphya, cerca de Mzuzu.
Chilima había servido como vicepresidente desde 2020 y anteriormente entre 2014 y 2019. En las elecciones presidenciales de 2019 quedó en tercer lugar, pero se unió a la campaña de Chakwera en 2020, resultando ambos elegidos.
Recientemente, Chilima fue acusado de corrupción, pero los cargos fueron retirados el mes pasado. Aunque negó las acusaciones, el caso generó críticas al gobierno de Chakwera por su postura contra la corrupción.
Malaui, con 21 millones de habitantes, fue calificado por el Banco Mundial como el cuarto país más pobre del mundo en 2019.