El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha expresado su fuerte rechazo ante la solicitud del Tribunal Penal Internacional (TPI) de emitir órdenes de arresto internacional contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y su ministro de Defensa, Yoav Gallant. Esta petición también incluye órdenes de detención para líderes del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
En un comunicado emitido desde la Casa Blanca, Biden dejó claro que no hay ninguna comparación válida entre Israel y Hamás, y que Estados Unidos siempre estará del lado de Israel en la defensa de su seguridad.
El secretario del Departamento de Estado, Antony Blinken, también expresó su descontento, calificando la decisión como vergonzosa y advirtiendo que podría obstaculizar los esfuerzos en curso para lograr un alto el fuego en la región.
Antony Blinken señaló que el Tribunal Penal Internacional (TPI), carece de jurisdicción en este caso y criticó la equiparación entre Israel y Hamás. Además, destacó que Israel estaba dispuesto a colaborar con el fiscal del TPI, Karim Khan, quien tenía previsto visitar el país para discutir la investigación y escuchar al gobierno israelí.
Por otro lado, el fiscal del TPI, Karim Khan, justificó la petición de órdenes de arresto contra Netanyahu y Gallant basándose en “motivos razonables” para creer que tienen responsabilidad penal en crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos en Palestina, especialmente en la Franja de Gaza.
Las reacciones en Europa también fueron diversas. Líderes como el primer ministro de la República Checa, Petr Fiala, y el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, condenaron enérgicamente la decisión, calificándola de espantosa y vergonzosa, y advirtiendo que solo aumentará las tensiones en la región.
Por otro lado, líderes europeos como el canciller de Austria, Karl Nehammer, y la ministra de Exteriores de Bélgica, Hadja Lahbib, respaldaron la independencia del TPI y apoyaron la investigación de los crímenes cometidos en Palestina.
Sin embargo, subrayaron la importancia de no equiparar a los líderes democráticamente elegidos de Israel con los líderes de Hamás, una organización terrorista.
En resumen, la comunidad internacional reconoció la importancia de que los responsables de los crímenes rindan cuentas, pero hubo diferencias en cuanto a la equidad del proceso judicial y la manera en que se manejó este caso específico.