Argentina se ve sacudida por un segundo paro general en menos de cinco meses, convocado en rechazo a las reformas impulsadas por el presidente Javier Milei.
El poderoso sindicalismo ha paralizado el transporte público, los aeropuertos y ha impactado la actividad comercial en Buenos Aires.
El presidente Milei, un economista de extrema derecha, ha enfrentado una feroz resistencia por parte de los sindicatos y la oposición a sus medidas de reformas económica y laboral.
La huelga de 24 horas, liderada por la Confederación General del Trabajo (CGT) y secundada por la Central de los Trabajadores de la Argentina, ha dejado prácticamente vacías las calles de la capital.
El transporte público se encuentra gravemente afectado, con el metro y las líneas ferroviarias urbanas sin operar, lo que ha generado inconvenientes para millones de usuarios.
Además, los aeropuertos han reportado cancelaciones masivas de vuelos, afectando a miles de pasajeros y generando pérdidas millonarias para Aerolíneas Argentinas.
La actividad comercial en Buenos Aires se ha visto significativamente reducida, con numerosos establecimientos cerrados y colegios con baja asistencia debido a la falta de transporte público.
Los sindicatos critican las políticas de ajuste propuestas por Milei, que incluyen privatizaciones y una reforma laboral, argumentando que afectarán negativamente a los trabajadores y a los sectores más vulnerables de la sociedad.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, minimizó la huelga, mientras que algunos ciudadanos expresaron su frustración por los inconvenientes causados.
La huelga se produce en medio de una semana marcada por protestas y tensiones sociales, reflejando el creciente descontento con las políticas del gobierno de Milei.