José Raúl Mulino, candidato presidencial de Realizando Metas, celebró su victoria en las elecciones generales de Panamá. Con un 34,32% de los votos, Mulino se impuso, destacando la irrupción de los independientes en el Legislativo, un factor crucial para su futura gestión.
Mulino, exministro de Seguridad durante el gobierno de Martinelli, ascendió a la boleta presidencial tras la inhabilitación de este último debido a una condena por blanqueo de capitales.
Ahora, enfrenta el desafío de liderar un país políticamente dividido, con problemas económicos y sociales urgentes, como la crisis del agua en el Canal de Panamá y la migración irregular en el Darién.
En su discurso tras la victoria, Mulino llamó a la unidad nacional y prometió un gobierno sin revanchismos ni persecuciones. Esto, en referencia a las acusaciones de corrupción contra Martinelli y a la necesidad de superar la polarización política.
La nueva Asamblea Legislativa presenta un escenario complejo para Mulino, con una representación diversa y fragmentada. Los partidos Realizando Metas y Alianza, que respaldaron su candidatura, tienen una minoría en el Congreso, lo que requerirá negociaciones y alianzas para avanzar en su agenda política.
La economía panameña enfrenta desafíos importantes, con una proyección de contracción del 2,5% este año debido al cierre de la mina de cobre y la crisis del agua. Mulino ha prometido impulsar el crecimiento económico y frenar la migración irregular en la frontera con Colombia.
El futuro presidente recibió felicitaciones del secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, quien reafirmó el compromiso de cooperación entre ambos países en áreas como el crecimiento económico y la seguridad ciudadana.
En resumen, José Raúl Mulino enfrenta un escenario político y económico desafiante en Panamá, que requerirá habilidades de negociación y liderazgo para alcanzar consensos y enfrentar los problemas del país.