La Unión Europea (UE) aprobó definitivamente este lunes las nuevas reglas de disciplina fiscal, que obligan a los gobiernos a reducir sus indicadores de deuda y déficit públicos al tiempo que dejan más margen para fijar el ritmo del ajuste y para invertir en la transición verde, digitalización o defensa.
Los Estados miembros dieron su visto bueno a las reformas en un voto unánime durante la reunión de ministros de Agricultura de la UE, tras la aprobación previa del Parlamento Europeo la semana pasada.
Según el Consejo de la UE, que representa a los países, los tres textos legislativos que conforman la reforma de disciplina fiscal serán publicados en el Diario Oficial de la UE mañana martes, momento en el que entrarán en vigor.
La entrada en vigor de estas normas altera ligeramente el calendario, ya que los gobiernos ya no estarán obligados a enviar sus planes de estabilidad y convergencia a Bruselas para el 30 de abril.
El proceso incluye la apertura de expedientes a países con déficit y deuda superior a los límites establecidos después de las elecciones europeas del 9 de junio. Durante el verano, las capitales mantendrán conversaciones técnicas con las autoridades comunitarias sobre la trayectoria fiscal, culminando en planes nacionales de estabilidad que deberán remitir para el 20 de septiembre.
Estos planes, con horizontes de cuatro o siete años, permitirán a los países negociar con la Comisión Europea sus sendas de ajuste. Además, se establecen objetivos comunes de reducción de deuda y déficit, con una vigilancia estrecha por parte de la Comisión.
Las sanciones por incumplimiento se reducen en cuantía, pero se aplicarán de manera más automática para evitar situaciones como las del marco actual, donde las multas han sido poco efectivas.