Cinco años después del devastador incendio que conmocionó al mundo, la catedral de Notre Dame se prepara para abrir nuevamente sus puertas tras un extenso y desafiante proceso de restauración.
De acuerdo con Philippe Jost, presidente del organismo público encargado de supervisar su reconstrucción, la fecha de apertura se mantiene para el 8 de diciembre.
La rehabilitación de este ícono gótico ha involucrado a alrededor de 250 empresas y cientos de profesionales, desde arquitectos hasta artesanos, quienes han trabajado arduamente para devolverle su esplendor. La primera etapa implicó la remoción de escombros y la descontaminación del plomo del tejado, seguida de la restauración de la estructura de madera de la nave y el coro, que requirió el talado de más de mil árboles bicentenarios seleccionados en los bosques franceses.
En el interior del templo, los expertos han llevado a cabo una minuciosa limpieza de paredes, vidrieras, bóvedas y decoraciones, devolviéndole una luminosidad perdida. Además, se ha restaurado el gran órgano y se han realizado trabajos en los techos, suelos y mobiliario de arte interior. Se espera que estas labores estén completas para el verano, junto con la instalación de un sistema antiincendios y la finalización de la restauración de los suelos a cuadros en blanco y negro.
Los vitrales de época ahora muestran una luz tamizada, mientras que se ha lanzado un concurso para la creación de vitrales contemporáneos, programados para ser instalados en 2026. El presupuesto total de esta fase de reconstrucción se estima en alrededor de 550 millones de euros, financiado en parte por las generosas donaciones recibidas después del incendio.
Se espera que la catedral reciba entre 13 y 14 millones de visitantes anuales en el futuro, lo que demuestra el arraigo y la importancia cultural de este emblemático monumento.